La Virgen Niña: Una Tradición con Historia
La Fiesta de la Virgen Niña tiene sus orígenes en 1610, cuando Juana de Lestonnac, fundadora de la Compañía de María, organizó por primera vez esta celebración en la escuela de Burdeos. Inspirada en la Fiesta de la Presentación de María en el Templo, Juana reunió a sus alumnas para hacer una procesión con cirios y una imagen de la Virgen, ofreciendo flores como símbolo de su dedicación y entrega. Desde entonces, esta tradición se ha convertido en un pilar de las obras educativas de la Compañía, renovando cada año su compromiso con valores como el amor, la hospitalidad y la justicia.
“Tiempo de ser luz”
La jornada comenzó con una actividad especial denominada “Tiempo de ser luz”, donde los estudiantes participaron en momentos de contemplación y reflexión. Inspirados por la vida de María, fueron invitados a pensar en cómo pueden ser una “luz” en sus propias vidas y en el mundo, promoviendo valores fundamentales como la justicia y el amor. Este espacio permitió conectar la espiritualidad con la acción concreta, motivando a los estudiantes a sembrar esperanza y construir un mundo más humano.
“Tender la Mano”
En el segundo momento de la celebración, la actividad “Tender la Mano” motivó a cada curso a trabajar en los valores de solidaridad, respeto y hospitalidad presentes en el proyecto educativo de la Compañía de María. María, ejemplo de entrega y amor, inspiró a los estudiantes a reflexionar sobre cómo pueden “tender la mano” a los demás, fortaleciendo los lazos de comunidad y generosidad.
Presentación de los Frutos
La celebración culminó con las Liturgias de Presentación de los Frutos. Cada nivel tuvo la oportunidad de mostrar el fruto de su trabajo y reflexión, presentando ofrendas simbólicas: un cirio, flores y un afiche representativo de sus aprendizajes y compromisos. Estas ofrendas, acompañadas por la lectura de un profesor jefe, recordaron la importancia de unir el conocimiento con los valores en un compromiso integral con la fe y la comunidad.