La celebración incluyó cantos, oración y la lectura del Evangelio, donde los niños recordaron a María como madre cercana y protectora. Con un gesto lleno de simbolismo, todos juntos soplaron una vela de cumpleaños, expresando con entusiasmo: “¡Feliz cumpleaños, Virgen María!”.
Fue un momento de fe sencilla y profunda, en el que los más pequeños aprendieron a agradecer y a imitar la alegría, bondad y solidaridad de nuestra Madre del cielo.